jueves, 1 de agosto de 2013

No puedes ser feliz si no tienes fe: Les invito a ver mi dragón o la vergüenza de quedarse sin argumentos

Es difícil, casi increíble escuchar a alguien que sale con semejante argumento, pero aún hoy con tantos medios para educarse, hay gente que lo hace. Yo personalmente no tengo problema alguno en decir no sé, o no puedo explicar porque creo que algo es de determinada forma o aceptar que me equivoco, pero hay gente que se le hace un mundo este asunto. Si alguien es competitivo lo verá como victoria y si no lo es como ignorancia. Yo pienso por regla que cuando una persona recurre a algún argumento ad hominem como decir que no eres feliz sin fe es que ya no se le ocurre que decir, digamos que es su tabla de salvación.

Me gusta este ejemplo que da el Doctor Carl Sagan, en el libro El Mundo y sus Demonios, es el famoso Dragón en el Garage: “«En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca». Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!
—Enséñemelo —me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
—¿Dónde está el dragón? —me pregunta.
—Oh, está aquí —contesto yo moviendo la mano vagamente—. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
—Buena idea —replico—, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.
—Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Sugiere pintar con spray el dragón para hacerlo visible.
—Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.”

En última instancia sólo creerás en la existencia del dragón si tienes fe y si sólo si tienes fe verás pruebas o sentirás que el dragón existe, en resumen un argumento circular.

Es interesante como mediante un proceso de culturalización se nos ha enseñado que para poder ser felices necesitamos creer en cosas que no pueden ser probadas y que existen merced a la fe, que es creer sin ver. Es como decir te quedarás sin regalos porque no crees por fe en Santa Claus.

Y es que recurrir a responder que se cree por fe es una respuesta que deja sin preguntas, ante cualquier cosa, sea inteligente o sea tonta si respondo que se debe creer por fe pues simplemente borro la posibilidad de cualquier cuestionamiento.

Se les olvida que la felicidad no se mide en términos de fe, se mide en términos de satisfacción de necesidades y acá no entra la fe, a no ser que yo necesite creer en fantasías claro está. Yo soy feliz por mi vida, porque no hay pruebas de que tenga más o de paraísos o infiernos, yo soy feliz con mi familia, yo soy feliz cuando veo los ojos de mi pareja, soy feliz cuando veo que el universo es tan grande que no hay dios que lo abarque, soy feliz cuando veo un amanecer, soy feliz cuando nos ayudamos entre todos, etc.

Decirle a alguien que no es feliz porque no tiene fe es un insulto, osea si no eres ciego y buscas ver las cosas no eres feliz? La primer pregunta es cómo me conoces y sabes mi grado de felicidad, me gustaría pedir que me demostraran esto, pero lo más seguro es que me contesten que llegaron a esa conclusión por fe…