jueves, 18 de junio de 2009

Adopción Gay

“Cada vez estoy más convencida de que es necesario expresar aquello que para mí es más importante, es necesario verbalizarlo y compartirlo aun a riesgo de que se interprete mal y se tergiverse. Creo que por encima de todo, hablar me beneficia.” La transformación del silencio en lenguaje y acción. Audre Lorde, 1977.

El inconsciente se estructura como un lenguaje, las palabras son aquellos significantes que nos hablan de la existencia de otro orden, pero las palabras pierden el sentido para el que fueron creadas, el lenguaje es ese sitio que nos ofrece opciones binarias para entender la realidad. Bueno – malo, hombre – mujer, masculino – femenino. El sexo no escapa de la dicotomía, el cuerpo debe responder a una lógica de la reproducción y, más importante aún, de la producción. La homosexualidad, y el cuerpo homosexual implican un elemento contestatario y prohibitivo dentro de esta lógica del cuerpo con un significado económico, basado en la supuesta naturaleza. Por eso a la hora de hablar de adopción en parejas homosexuales tenemos que considerar la forma en la que se entrelazan el feminismo y la teoría queer y la forma en la que se mezcla el debate generacional entre sus modos y su participación política. Porque a veces esta forma de política busca hacer patente la materialidad de las ideas, pero olvida la materialidad de los contextos. (ANODIS, 2005; Bebel, 2005; García, A; Anta, J. 2006).

La teoría femininista tradicional nos habla de un concepto de género ligado a la violencia, la desigualdad y el patriarcado; las teóricas de una concepción gay – lésbica nos hablan de un género que esta ahí como –en palabras de Butler- una forma de travestismo (drag). Es decir procesos de estilización que han llegado a repetirse tantas veces y por tanto tiempo que han dado la idea de que se trata de algo natural. De esta forma se puede ver que el travestismo es una forma de parodiar este concepto, porque hace palpable que se trata de una construcción. No resulta claro la forma en la que encaja la desigualdad en todo esto, desde esta perspectiva de género se abandona la lucha revolucionaria y la postura política y se convierte casi en un juego. (ANODIS, 2005; García, A; Anta, J. 2006).

Poco avanzaremos si nos quedamos en la discusión cacareada de los tiempos pasados y nuestra cerrazón a los debates sobre la identidad. Una propuesta política implicaría que las nuevas generaciones analicen los orígenes del problema. Las generaciones anteriores en nuestro país, se encargaron de iniciar la búsqueda y construcción de una identidad subversiva frente a la identidad de siempre con la cual no se identificaban. En Costa Rica ser feminista, gay o lesbiana es ser una persona contestataria en un sitio donde la identidad blanca, patriarcal, heterosexual y familiar está prefijada. Hacer política implica por lo tanto analizar el contexto y la forma de intervenirlo. (Bebel, 2005).

Una teoría que en su heterogeneidad ha jugado diferentes papeles en la creación y recreación de los contextos es el psicoanálisis, y no me refiero al psicoanálisis patriarcal ya conocido, me refiero a las psicoanalistas feministas como Bleichmar, Horney, Jessica Benjamin y tantas otras o al psicoanálisis queer de Virginia Goldner; a los análisis de sexualidad lésbica de Teresa de Lauretis, etc. (Bebel, 2005).

Porque precisamente las posturas políticas exigen instrumentos de análisis y el análisis en última instancia es negociar con el principio de realidad, es enfrentar problemas que vuelven una y otra vez en un eterno retorno de lo reprimido. Por ejemplo la antigua hostilidad de la Iglesia Católica a la emancipación de las mujeres o al reconocimiento de derechos en grupos de hombres o mujeres homosexuales. O la desmentida que se hace de la realidad de la unidad familiar homosexual, lo que no se nombre no existe (Monzón, 2003; Bebel, 2005).

La teoría Queer no llega a la diferencia de lo interior y lo exterior y sólo considera el cambio, no mira si existe lo homosexual o lo heterosexual, sino que apuesta por la significación del deseo, la identidad depende del momento social que se esté viviendo. García, A; Anta, J. 2006).

Respecto a la adopción por parte de parejas de homosexuales o lesbianas, la pregunta que surge siempre ronda los límites de la identidad, límites que son la capacidad que tienen de explicar la forma en la que alguien se introduce en el mundo como hombre o mujer, como heterosexual, lesbiana u homosexual. Y cuál es la forma de vivir en ese mundo, porque para la sociedad la homofobia que se dirige a un padre, también se dirige a un hijo o a una hija. En la escuela los (as) hijos (as) de parejas homosexuales sufren constantes agresiones, pero esto no se debe a un error en el hecho de la adopción, sino a la homofobia que envuelve a la sociedad en general y a la escuela en particular como una instancia de socialización. (Monzón, 2003; Bebel, 2005; Alarcón, S.F.).

Pero surge la pregunta de que es un hijo o una hija, algunas personas dicen que etimológicamente significa el que es amado, para otros significa el que mama, pero independientemente de esto, ¿es el (la) hijo (a) una condición biológica o una inscripción simbólica? Si pensamos entonces que toda relación de paternidad – hijo (a) pasa por el reconocimiento (cosa que está más allá de lo jurídico o lo biológico) entonces tendríamos que cualquier hijo o hija que exista es adoptado (a). La filiación es una adopción simbólica. (Bebel, 2005).

Freudianamente hablando, el parentesco se funda sobre la prohibición del incesto, esta inscripción simbólica da las relaciones permitidas y las relaciones prohibidas. Que tiene dos aspectos, el ser específicamente humanas y el implicar obligaciones y derechos a nivel social. Es decir en la prohibición del incesto se ubica la intermediación entre naturaleza y la cultura, con todo el malestar que encarna… Implica por lo tanto la entrada en la palabra, es decir en lo simbólico. Porque aunque la persona recién nacida no tenga el manejo verbal suficiente ya existe en el imaginario parental y es nombrada desde este sitio. (Bebel, 2005).

Como lo señala Eva Gilberti, citada por Bebel, 2005, en su página web: “los padres adoptantes ponen palabras allí donde los progenitores pusieron óvulo y esperma". El hijo o hija que tienen un lazo biológico con las figuras parentales pero que no ha sido adoptado (a) simbólicamente no puede representarse un lugar en el mundo. Este es un momento constitutivo del yo porque implica la elección de un objeto. Este es el tercer momento del estadio del espejo. No es lo mismo pasar por el canal de parto, que alguien te cuide y que alguien te reconozca. (Bebel, 2005).

Es el deseo de las figuras parentales lo da la ausencia o presencia de filiación, su no existencia se traduce en el síntoma, fue a lo que se refirió Lacán con su expresión “suicidio de los hijos no deseados”, se puede agregar que elegir implica reconocer y reconocer nos habla de volver a elegir (Nachträglichkeit). (Bebel, 2005).

En el caso de la adopción esta implica un duelo, en primer lugar, es reconocer que se es estéril o, como en el caso de las parejas homosexuales, el reconocer que no se puede llegar a procrear, es enfrentarse con una herida narcisista. Esto pasa aún cuando se toma la decisión de no parir, porque la herida se ubica ahí en la censura social. (Monzón, 2003; Bebel, 2005).

En el caso de la adopción en parejas homosexuales formadas por mujeres nos encontramos con una maternidad en cautiverio : “La maternidad es admirable, pero fundamentalmente si la madre y la hija o el hijo están vinculados a un padre legal. La maternidad fuera del matrimonio o la maternidad lesbiana, son vejadas, humilladas o, en el mejor de los casos, ignoradas.” (Monzón, 2003, página web).

Reich agrega que tiene la esperanza de que hombre y mujeres puedan experimentar formas de amor, paternidad y maternidad que no este basadas en mentiras, secretos y silencios. (Monzón, 2003).

Cuando se trata de la adopción por parte de parejas homosexuales se esgrime la falacia de que los (as) hijos (as) en estas familias se convertirán a su vez en homosexuales, esto no sólo da una validez seudocientífica sino que también evita que muchas parejas homosexuales busquen la adopción, la cual en Costa Rica suele tomar la forma de un hombre o un mujer que tienen un hijo o hija de una relación anterior y que mantienen una relación de pareja con alguien de su mismo sexo, también multiplica la culpa, porque muchos hombres y mujeres no se permiten amar a alguien de su mismo sexo por miedo a “enfermar” a sus hijos (as). (Monzón, 2003).

Sin embargo, de la misma forma como no se ha encontrado nunca que exista un elemento familiar que “provoque” que uno (a) de sus miembros (as) sea homosexual tampoco existe algo que diga que figuras parentales homosexuales “provoquen” homosexualidad en sus hijos, de ser así, la mayoría de homosexuales vendrían de familias en que sus figuras parentales lo fueron, sin embargo vienen de familias “formadas” por parejas heterosexuales. (Alarcón, S.F.).

Otro de los temores es que exista una carencia de la figura paterna o materna en aquellas personas adoptadas por homosexuales, al respeto Jorge Raíces Montero, psicólogo, Eva Giberti, Jueza Medina, Alfredo Grande, Jorge Garaven y Marcela Valente, y 19 psicoanalistas mas dieron su opinión respecto a que las figuras paternas o maternas son independientes del género y la opción sexual y que la función puede ser llevada a cabo por cualquiera. (ILGA, 2004).

En el primer caso lo que se requiere es una persona capaz de sostener, cuidar y alimentar, y para la segunda debe ser alguien que sirva como ley, como corte que motive al (la) hijo (a) a interactuar con el mundo. (ILGA, 2004; Alarcón, S.F.).
“La familia existe para reconocer, cobijar y fomentar posibilidades creativas que aguardan en cada ser humano. Lo que sienta el fundamento del bienestar de todos los miembros de una familia es la experiencia de un hogar construido por dos individuos de cualquier sexo que cooperan y se aman, aportando sus diversos dones a la creación de un ambiente sustentador”. (Monzón, 2003, página web).
Sin embargo surgen una serie de voces en contra de la adopción por parte de parejas homosexuales, Foucault expone claramente que el cuerpo heterosexual se territorializa en función de su utilidad sexual, y que el sexo es un elemento de poder, de gobernabilidad y un objeto central en la política. (García, A; Anta, J. 2006).
Por eso la adopción homosexual implica la representación de eso tan cómodo y “naturalmente” sólido como es la opción sexual en ese vaiven de lo que la teoría queer llamará las figuras liminares y lo que Derridá nos dirá que es la posibilidad de dejar en entredicho aquellos signos que representan la realidad, realidad que no es más que la utilidad socioeconómica que tiene la sexualidad heterosexual. (García, A; Anta, J. 2006).
Como diría Kristeva, 1988, citada por García, A; Anta, J. 2006 en su página web: "Lo que no respeta los límites, los bordes, las posiciones, las reglas, lo que está en medio, lo ambiguo, lo mezclado".
La homofobia también se escuda detrás de la excusa que dice que las personas homosexuales son por definición abusadores, sin embargo esto no explica el hecho de que el abuso sexual sea cometido, en un porcentaje sumamente alto, por personas heterosexuales. (Alarcón, S.F.).
Estudios recientes muestran una prevalencia de homosexualidad que va del 1 % al 4 %, eso quiere decir que en Costa Rica entre 100 mil y 400 mil personas serían homosexuales (esto sin contar el porcentaje de bisexualidad o las personas que han tenido prácticas sexuales homosexuales ocasionales), estas personas no pueden optar por una convivencia legalmente reconocida ni por la adopción. En alemania un estudio de 1997, muestra que cerca de un millón de homosexuales son padres y madres, sin embargo, en nuestro país esto se realiza al margen de la ley. (Alarcón, S.F.).
La palabra matrimonio viene de matris (madre) y de monium (cargo o gravamen) es decir significa el oficio de ser madre, es obvio que este concepto tiene claras acepciones patriarcales y propone una diferencia fundada en el género desde el principio. (Alarcón, S.F.).
























Bibliografía
Alarcon, L. (S.F.). Matrimonio Homosexual. Recuperado el 14 de junio de 2009 de www.minhacienda.gov.co/portal/page/portal/463602F526B3FD62E040090A1F005925 -

ANODIS (2005). El postmodernismo y la teoría lesbiana y gay. Recuperado el 25 de mayo de 2009 de http://anodis.com/nota/5342.asp?

Belbel, M. (2005). Construir a través de las generaciones: Intersecciones entre el Psicoanálisis y el Derecho. Texto publicado en la revista: Carta Psiconalítica. Recuperado el 25 de mayo de 2009 de http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/m_bellbel/construir.doc

Bello, A. (2008). Filiación y Adopción: Una traducción de ida y vuelta. Texto publicado en el catálogo: Fugas Subversivas. Recuperado el 25 de mayo de 2009 de http://www.cartapsi.org/revista/no12_13/bello.html

García, A; Anta, J. (2006). La Identidad de Género en el Ciberespacio y la Teoría Queer: Una visión de las múltiples identidades de género en el escenario de lo virtual/real. Recuperado el 14 de junio de 2009 de http://www.cibersociedad.net/congres2006/gts/comunicacio.php?llengua=en&id=804

ILGA (2004). Un libro da el espaldarazo científico a la adopción homosexual en Argentina. Sitio oficial de la ILGA. Recuperado el 14 de junio de 2009 de http://www.ilga.org/news_results.asp?LanguageID=2&FileCategory=24&FileID=425

Monzon, I. (2003). Maternidad Lesbiana en Revista Actualidad Psicológica. Agosto 2003 – Año XXVIII – No. 311. Recuperado el 25 de mayo de 2009 de http://www.isabelmonzon.com.ar/maternidad.htm

3 comentarios:

  1. No entiendo a los bloggers, este es un tema de interès general, al menos yo lo siento asì, esperaba los comentarios de los demas para ver como veian o tomaban las cosas, pero idiay nada.

    Esta es solo mi opiniòn, yo nunca voy a estar de acuerdo en que una pareja gay adopte niños, razones y argumentos hay muchos, en lo que si estoy totamente de acuerdo es que hay muchas parejas gays que pueden darle un hogar, techo, educaciòn y lo màs importante amor paternal a un niño o una niña, estos casos pueden ser muy pocos, por que de seguro en otros casos los niños o niñas terminen siendo manoseados, inducidos o persuadidos de que deben ser gays o en el peor de los casos que terminen siendo violados, esto considerando que en parejas normales se dan muchos casos de este tipo.

    No quiero extenderme, esa es solo mi opinion.

    Salu2 de MEGAPRIMO.

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  2. Gracis MEGAPRIMO por el comentarios, respeto absolutamente tu opinión, sin embargo y como habras visto mi opinión al respecto difiere de la tuya.

    No quiero decir con esto que alguien tenga razón y alguien no, lo que si puedo decir es que en mi experiencia clínica un abuso sexual homosexual no es tan común como se piensa, no quiero decir con esto que no existan, sin embargo y apegandome a tu lógica me parece que me daría mas motivos para decidir en contra de la adopción heterosexual que contra la adopción gay.

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