sábado, 27 de diciembre de 2008

La psicología del petróleo

No importa que nos odien, siempre
que en la misma medida nos teman.
Calígula

Quiero ser dueño de nada y
controlarlo todo. La competencia es
un pecado.
John D. Rockefeller I


Introducción: El estado de las cosas

En el siglo XIX el pensador inglés Thomas Robert Malthus afirmaba que mientras la población humana aumentaba en forma geométrica, las subsistencia lo hacían sólo en forma aritmética. (Graciano, 2004)

Precisamente eso es lo que pregonan las principales teorías monetaristas, y se horrorizan ante la sobrepoblación, para ellos las formas “sanas” de corregir este desfase son las guerras, las epidemias y las hambrunas. Por eso, no es casual que el regalo que George Bush le hiciera al presidente de Argentina, Kirchner, en su visita a Washington en 1978 fuera la principal obra de Malthus: Un ensayo sobre el principio de la población. (Graciano, 2004)

Esta forma de pensar ha llevado a una encrucijada de la humanidad, la población aumenta y las fuentes de comida y energía disminuyen en forma alarmante. Los grandes del mundo han violentado la sociedad en base a dos efectos: el primero es que todas las fuerzas de oposición anteriores están asimiladas y segundo llega a administrar y movilizar metódicamente, es decir, con control, los instintos humanos, lo que hace que los elementos potencialmente explosivos y contestatarios del inconsciente sean socialmente manejables. La llevada y traída democracia es solamente un recurso discursivo para consolidar la dominación. Pues con este concepto se validan las decisiones que terminan afectando las clases inferiores y beneficiando a los poderosos. (Marcuse, 1968).

Por lo tanto, tras la democratización en realidad subyace un intento de mantener a todos bajo los mismos cánones. Es el control masivo del deseo, en última instancia el control del cuerpo. Y con cuerpo no me refiero solamente a un sustrato material, la imagen del cuerpo como lo llamó Francoise Doltó, es algo que sigue una doble vía, va y viene, impregnándose de la cultura e influenciando a la misma. Desde el psicoanálisis se considera un hecho que se nace con un organismo, y la relación social va conformando un cuerpo. (Madrigal, 2008).

Es en este cuerpo donde se va a ir ubicando el Otro[1], y que según Lacán se va a manifestar a través del inconsciente, el cual en última instancia está estructurado como un lenguaje, en tanto y cuanto es a través de las palabras donde el inconsciente se manifiesta. (Madrigal, 2008).

Si nos fijamos bien, la sociedad globalizada, ha introducido una serie de nuevos significantes para hablar de necesidades inexistentes, desde la democracia hasta los petrodólares, todas estás son palabras que simplemente encubren manejos de las masas que no poseen un conocimiento completo, porque al sistema no le interesa dárselos. (Madrigal, 2008).

Graciano (2004) es muy claro cuando nos dice que hoy en día se están levantando pequeños tiranos que son sólo la punta del iceberg, cuando uno falta, como el viejo adagio judío, siempre hay alguien dispuesto a ocupar su lugar. Son los caballeros que se convierten sólo en una herramienta del sistema de dominación. Pues, aunque sus conductas nos parezcan crueles y desadaptadas son únicamente peones prescindibles de un juego mayor. Bastante un ejemplo de un frase celebre de Bush, en una ocasión dijo: Yo sé que los seres humanos y los peces pueden convivir pacíficamente”, en otra ocasión cuando alguien le preguntó que le parecía el presupuesto dijo: es claramente un presupuesto, tiene números adentro. No más ejemplos, es claro que no es precisamente una luminaria.

Recordemos que la “normalidad” psicológica está definida como una adaptación y mientras más compartamos los excesos de estos tiranos, y creamos a pie juntillas en sus promesas más normales seremos. (Guinsberg, 2001).

Por todas partes surgen pequeñas guerras que tienen como causa real la pelea por los mecanismos de subsistencia y dominación. Si analizamos con cuidado el fin último de todos los procesos es la conversión de la energía, desde la comida hasta su transporte, todo es energía, así que no es aventurado pensar que la misma es la principal fuente de todas las riquezas, desde la presión de las placas que convierte un carbón en un diamante, hasta la luz que se transforma fotosintéticamente en el interior de una planta, todo es energía. Así que los mecanismos de dominación buscan en última instancia la dominación de las fuentes energéticas. (Graciano, 2004).

Desarrollo: La parte que se trata de ignorar de una realidad

La liberación siempre pasa por la satisfacción de las necesidades, y esto está bien y es deseable, lo que no lo es, es que en el viaje por la búsqueda de esta libertad la misma se convierte en una necesidad que cruza la satisfacción de las demás necesidades del Otro, el sistema ha creado necesidades ficticias que se toman como reales, lo que indica que las mismas, en su definición, implican una pérdida de esta libertad. (Marcuse, 1968).

Estas necesidades ficticias hacen que la gente se identifique en sus mercancías, ya no se sigue la lógica de la plusvalía de Marx, sino que se es el objeto que se posee. Recordemos que son objetos ficticios, por lo que siguiendo una lógica psiconalítica, podríamos afirmar que mecanismo que une al sujeto con la sociedad esta basado en la identificación, en lugar de la solidaridad o la supervivencia como en el pasado. (Marcuse, 1968).

Todo se diluye en la conciencia feliz, o como Lacan lo llamaría “la belle indiference”. Esta conciencia feliz significa la creencia que lo real es racional, quiero puntuar este término: lo real, esto implica la lectura personal de cada sujeto de las cosas que devienen de la realidad, esto se traduce en un conformismo absoluto y por lo tanto en una forma de conducta social. Por lo tanto en la expresión típica del pensamiento tienden a desaparecer las tensiones entre apariencia y realidad. Un concepto similar a la falsa conciencia de Marx. (Madrigal, 2008).

En la actualidad, el alto consumo energético avalado por las infladas facturas petroleras y el enriquecimiento de unos cuantos, son la justificación real de las guerras. Las guerras del petróleo golpean a la humanidad, la loza del secreto sepulta las verdaderas intenciones. (Graciano, 2004).

Precisamente este consumo, motivado por los grupos interesados, implica un bombardeo del sujeto, para convertirlo en un consumidor voraz. (Fernández, 2007).

Será la escuela de Frankfurt quien demostrará que en el capitalismo la racionalidad técnica se encierra en el aparato productivo, pese a una irracionalidad donde se apela a la satisfacción falsa de instintos que todos creemos como básicos. En la sociedad unidimensional la única existencia posible es la de la masa alienada. Por eso a los locos los encerramos y a los niños los educamos. (Marcuse, 1968).

Si vemos el pasado, por ejemplo, Madam Bovary (ejemplo literario del espíritu de los tiempos, parodiando a Foucault) era una persona que sufría trágicamente el permanente malestar de su cultura[2], la sociedad actual en lugar de buscar la superación de las dificultades ha resuelto el problema suprimiéndolo. (Madrigal, 2008).

Actualmente el narcisismo es el cuadro psicopatológico del presente, esto implica una individualidad a ultranza. Al sistema no le sirve que la colectividad se una, podrían presentar un peligroso frente de lucha, por eso es mejor no pensar, así la realidad duele menos. (Guinsberg, 2001).

La historia es antigua, aunque quizá sólo un suspiro en el tiempo; fue en 1839, cuando vino al mundo alguien que llegó a controlar el 95 % de la exploración petrolera en el mundo. Su padre William vendía petróleo de pueblo en pueblo como una panacea para cualquier dolencia. Pero él vio un mejor negocio, siempre basado en el petróleo, me refiero a John D. Rockefeller. Quien unido a dueños de empresas ferroviarias, constituyo los llamados Robber Barons[3]. (Graciano, 2004).

El poder estaba tan concentrado en unos cuantos que en 1890 el gobierno de los Estados Unidos se vio obligado a la promulgación de la “ley Sherman”[4], que no fue “posible” aplicar al petróleo hasta 21 años después. (Graciano, 2004).

Esta ley provocó que las grandes compañías fueran divididas en pequeñas subsidiarias, y en empresas diferentes; lastimosamente el manejo de la bolsa en los Estados Unidos permite que un porcentaje de acciones en posesión de una persona física le permitan el control de una compañía, y el clan Rockefeller aprovechó muy bien esta circunstancia, así que se dedicaron a colocar importantes inversiones en las nuevas empresas que se habían desprendido de las suyas, por lo que el control continuó atomizado en manos de los mismos. (Graciano, 2004).

Esta familia ha llegado a poseer importantes activos, no sólo a nivel petrolero, sino también en los principales bancos, como el City Bank, o empresas de telecomunicaciones como AT&T y Telefónica de España. (Graciano, 2004).

Las compañías petroleras que provienen de países que son productores, como el consorcio ARAMCO, que es en parte árabe y en parte estadounidense, tienen un Rockefeller en alguna parte de la dirección. (Graciano, 2004).

Decisiones como la invasión a Irak, son en suma, no una pelea por una democracia a ultranza, sino la forma de controlar un país productor de petróleo, cortando así una peligrosa dependencia de las siempre zozobrantes políticas de este país. (Graciano, 2004).

Una de las mayores reservas (en permanente agotamiento) del petróleo en este planeta se encuentra en el Níger, fue este un país que acusó George W. Bush y la CIA de vender uranio a Saddam Hussein, acusación que luego resultó falsa. (Graciano, 2004).

Sirva como ejemplo para demostrar la hipocresía norteamericana en referencia a la “democracia” y la bandera de la lucha antiterrorista la relación de Bush con los Bin Laden, la cual es bastante antigua, se consolidó desde el 68, cuando el patriarca de esta familia Mohamed Bin Laden murió en los campos petroléros de la familia Bush en Texas, a partir de ese momento los negocios pasaron a manos del hermano mayor de Osama, Salem Bin Laden, quien se convirtiera en uno de los principales inversionistas de Arbusto Energy (empresa funda pro George W. Bush en 1978). (Graciano, 2004).

Pero la relación con otros poderosos no es nueva, cuando George Bush padre fue nombrado presidente nombró como apoderado de sus bienes a un miembro de la familia Farish, quienes dirigieron la Standar Oil de New Jersey (hoy Exxon) y la I.G. Farben de Hitler, a esta empresa se le debe el haber fundado el campo de concentración de Auschwitz el 14 de junio de 1940. (Graciano, 2004).

Los Estados Unidos se han negado sistemáticamente a apoyar cualquier intento serio por buscar fuentes alternativas de energía que no dependan del petróleo, sin embargo, corrió para darle a la empresa Halliburton la concesión para la reconstrucción de Irak, esta empresa era dirigida hasta poco tiempo antes por Dick Cheney, vicepresidente de la administración Bush. (Graciano, 2004).

Pero ese control puede ser a veces un arma de doble filo, el escándalo de Enron por ejemplo, que motivo la ley Sarbanes-Oxley, que obliga a los directivos a jurar que sus balances son ciertos, poco a poco han comenzado a soltar el pelo de la espada de Damocles que pende sobre los Estados Unidos, el estado de esta economía en este momento es la muestra más palpable de ello. (Graciano, 2004).

Si bien se apuesta por un cambio unidimensional[5], el problema radica en que la el instinto es una fuerza permanente y como tal exige que su conversión unidimensional también lo sea, lo cual explica el bombardeo mediático que sufrimos en nuestra sociedad actual. Si a esto unimos que los medios de comunicación están en manos de los “ricos y mafiosos”, tenemos los ingredientes perfectos para el manejo de las masas. (Freud, 1993; Guinsberg, 2001).

Esto es un “síntoma” inequivoco de los tiempos neoliberales, la preconización de la individualidad, el detrimento de la masa y las posturas unidimensionales. (Fernández, 2007).







Bibliografía

Fernández, A. (2007). La (poca) salud mental y su posible relación con lo psicoanalítico en (a) trazos. Material Mimeografiado. San José: Universidad Creativa

Freud, S. (1993). Psicología de las Masas y Análisis del Yo en Freud Total. Versión electrónica de Obras Completas de Sigmund Freud. S.C. Editorial Nueva Helade


Ginsberg, E. (2001) La personalidad Neurótica de Nuestros Tiempos Neoliberales. En. http://www.campogrupal.com/neurotica.html Accesado el 15 de febrero de 2008

Graciano, W. (2004) Hitler Ganó la Guerra. Buenos Aires, Argentina: Artes Gráficas Piscis

Madrigal, A. (2008). Dimensionalidad e Imagen de Cuerpo. Ensayo para el curso Debates en Psicología. Material Mimeografiado. San José

Marcuse, H. (1968). El Hombre Unidimensional. Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A.



[1] La palabra Otro con mayúscula se usa para designar en clave lacaniana al Otro social, mientras que la palabra otro, equivale al otro del deseo, es decir los seres que nos rodean.
[2] Según Freud, el malestar en la cultura podría definirse como una permanente lucha entre el deseo y lo real impuesto por el superyo, por esta razón Jacques Lacán diría que no existen personas ni individuos, según su teoría, todos somos sujetos por el deseo y por la cultura, en esta contradicción nace la neurosis como una forma de escamotear un pedazo de la realidad insoportable; la psicosis como una sustitución absoluta de esta realidad por otra y la perversión, donde se sustituye gran parte de la realidad pero subyace una pequeña parte de ella.
[3] Barones Ladrones
[4] Ley antimonopolio
[5] En el sentido que le da Marcuse.

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